CNA 3333 es un edificio que busca la integración de la calle con el volumen construido. Planteado sobre un terreno de 905 m2, con un volumen de 4120 m2 construido, deja un amplio corredor de paso vehicular libre en planta baja, dejando flotar toda la masa construida y dando la apariencia de liviandad.

En altura se levantan dos cuerpos con un par de patios que actúan como fuelles entre las unidades habitacionales, permitiendo la doble circulación de aire y la entrada de luz natural. Las unidades se encastran y articulan entre sí permitiendo diferentes configuraciones de fachada y varias posibilidades de tipología interior.
Todas las unidades se plantean desde la búsqueda de conexión con el exterior y la entrada de luz natural, abriendo diferentes vacíos en fachada y dando lugar a la expansión. Las unidades del último piso ocupan la totalidad de sus cuerpos y, con un gran balcón-terraza, abren una gran salida al exterior. Estas últimas tienen terraza privada, de gran superficie utilizable, parrilla, y grandes canteros verdes que vuelven a traer a la vida de los usuarios la conexión con la naturaleza.

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El conjunto VA 1136 da lugar a 3 unidades de vivienda, que funcionan articulando la interacción frente-patio mediante ventanales en estas respectivas caras. El conjunto de 820 m2 se conforma mediante un interesante juego de medios niveles, promoviendo la conexión de espacios internos y las diferentes visuales que se dan a través de sus ventanas. Se promueve la conexión con los patios de las viviendas, abriendo las unidades a ellos y dejando entrar luz natural a todos sus ambientes.

Trabaja con materiales puros, sinceros, como el ladrillo y el hormigón, que traen la imagen de un loft abierto y lleno de luz en sus ambientes interiores. La expresividad de sus materiales se refleja también en su exterior, resaltando los cañones de las habitaciones por sobre la fachada del conjunto.

Estos medios niveles y la conexión que se da entre sus espacios no solo crean un sentido de individualidad para cada vivienda sino también una cohesión visual entre las unidades. Esta organización permite una conexión visual fluida entre los espacios interiores y los patios traseros, resaltando la conexión individual de cada una de las unidades para con su expansión exterior.

Los ventanales se convierten entonces en puertas al entorno exterior, estableciendo una conexión ininterrumpida entre el interior y el patio trasero. Estas aperturas no solo maximizan la entrada de luz natural, sino que también enmarcan las vistas del paisaje externo, brindando a los residentes una experiencia habitable única.

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